Harvard, una de las universidades más reconocidas del mundo, se encuentra en el corazón de Boston, Massachusetts. Es conocida no solo por su prestigio académico, sino también por ser una parte integral de la cultura y la historia de Estados Unidos. Sin embargo, detrás de su fama y su imponente campus, hay una serie de realidades y mitos que vale la pena explorar.
Al caminar por el campus de Harvard, uno no puede evitar sentir que está dentro de una película estadounidense. Desde la estatua de John Harvard, donde los turistas de todo el mundo vienen a tocar su pie (a pesar de las bromas de los estudiantes), hasta los edificios históricos que han sido testigos de innumerables historias de éxito y fracaso.
Pero, ¿qué hace que Harvard sea tan especial? Fundada en 1636, es la escuela de educación superior más antigua de EE.UU. Además, ha sido calificada en numerosas ocasiones como la universidad con el nivel educativo más alto del planeta. Es miembro de la Ivy League y ha sido alma máter de muchos presidentes de EE.UU., empresarios, actores y emprendedores.
Sin embargo, el acceso a esta prestigiosa institución no es fácil. Menos del 15% de las personas que solicitan estudiar aquí cada año son aceptadas. Y de ese 15%, más del 70% no recibe apoyo financiero. Estudiar en Harvard cuesta aproximadamente 50 mil dólares al año. Si sumamos otros gastos como libros, alojamiento y comida, la cifra aumenta considerablemente.
Dicho esto, surge una pregunta esencial: ¿Vale la pena el precio? Grandes nombres como Mark Zuckerberg y Bill Gates comenzaron sus estudios en Harvard, pero decidieron abandonar después de unos meses. Además, el salario promedio de un graduado de Harvard es de 60 mil dólares al año, una cifra que, aunque respetable, no es astronómica.
La realidad es que la universidad, ya sea Harvard o cualquier otra, no garantiza el éxito. El esfuerzo, el talento innato y las acciones individuales son los que determinarán el futuro de una persona. Hay muchos estudiantes que acumulan enormes deudas para estudiar en universidades caras, pero luego enfrentan dificultades para pagar esos préstamos.