El Inigualable Hotel Grúa de Ámsterdam

En la ciudad de Ámsterdam, en los Países Bajos, se encuentra uno de los hoteles más inusuales del mundo: el Faralda Hotel, un alojamiento construido en lo alto de una grúa. Sí, has leído bien, ¡una grúa!

El Faralda Hotel no es solo un hotel; es una obra de ingeniería y diseño de confort. A pesar de su apariencia industrial, el hotel ofrece una experiencia de alojamiento única, con vistas panorámicas de la ciudad y una estructura que rota con el viento, ofreciendo diferentes perspectivas cada día.

Luisito nos cuenta que ha dormido en hoteles hechos de VW Beetles, aviones antiguos, vagones de tren y hoteles cápsula. Pero nunca imaginó que dormiría en una grúa. Esta peculiaridad tiene un precio: alrededor de 1000 euros por noche. No es precisamente por el lujo, ya que se clasifica como un hotel de tres estrellas y media, sino por la experiencia única que ofrece.

El área donde se encuentra el hotel tiene su propia historia. Anteriormente, era una zona comercial para barcos de importación y exportación. Sin embargo, alrededor del año 2000, la zona quebró. Fue revitalizada por empresarios, convirtiéndola en un barrio artístico lleno de grafitis y encanto único.

Al ingresar al hotel, la aventura comienza. Desde un sistema de códigos para entrar, hasta un elevador peculiar que lleva a las habitaciones. El hotel cuenta con solo tres suites, cada una con su propio encanto. La suite «Mystique», por ejemplo, cuenta con una amplia sala de estar, un columpio, arte decorativo y una vista espectacular de la ciudad. Pero lo más destacado es la bañera ubicada en la parte superior, que ofrece una de las mejores vistas de Ámsterdam.

El propietario del hotel, Eddy, adquirió la grúa por un euro. Sí, solo un euro. El área iba a ser demolida y convertida para fines industriales. Pero Eddy vio el potencial y propuso su proyecto al gobierno. Hoy en día, después de una inversión de alrededor de 4.5 millones de euros en renovaciones, el hotel es un testimonio de cómo se puede dar una segunda vida a estructuras antiguas y cómo puede elevar el valor de una zona entera.

A pesar de las maravillas del hotel, también tiene sus desafíos. Desde la caída accidental de llaves hasta escaleras estrechas y empinadas que pueden ser un riesgo. Sin embargo, como señala Luisito, no vienes a este hotel por el lujo, sino por la experiencia.

En resumen, el Hotel Grúa de Ámsterdam es una maravilla arquitectónica y una experiencia que vale la pena vivir. Aunque tiene sus desafíos, la oportunidad de dormir en lo alto de una grúa, con vistas panorámicas de la ciudad, es algo que no se debe perder.

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